Hay fiestas en las que uno está invitado y sabe que no debe perdérselas, porque el nivel de entretenimiento puede proporcionar una experiencia única. Eso es lo que pasa cuando José Luis López Fernández (59) organiza un 'sarao' para sus amigos: que no escatima en gastos y el exceso se convierte en la fórmula del éxito.
Quizás a muchos no les suene su nombre, pues los apellidos de hidalguía hacen a los López pasar por una familia normal de Andalucía. Pero José Luis saltó a la fama por su apodo 'el Turronero', y por una operación: Karlos. Él fue uno de los investigados en la trama que condenó a casi dos años de cárcel a María José Campanario por fraude a la Seguridad Social.
Entonces se descubrió que el Turronero era una de las grandes fortunas de Ubrique, que se movía entre el pueblo de Jesulín y Jerez de la Frontera y que gracias a sus negocios y sus fiestas había conquistado a lo más granado de la sociedad andaluza. Un dato: para el convite de la boda de su hija contrató a africanos que hacían de vendedores ambulantes, como si se tratara de una feria.
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Una década después de aquello, el Turronero ha organizado el bautizo de sus nietos, una fiesta que deja por los suelos la boda de tres días de Farruquito. Susanna Griso, Paz Padilla, Paloma Cuevas, Chenoa o María Zurita han sido algunas de las caras conocidas que no se han querido el sacramento de los niños. Porque el Turronero invitó a todos con los que mantiene mistad: también estuvieron JaimeMartínez Bordiú y Mario Conde
Aunque muchas invitadas llegaron a Jerez en Ave, el Turronero puso a disposición de quien lo necesitara un avión para que no se perdieran el fin de semana de festejos, con un completo programa de animación.
El viernes, los invitados disfrutaron de un espectáculo andaluz y una cata de vinos locales en las bodegas González Byass, dueños del famosísimo Tío Pepe. Esa era una manera de abrir boca a lo que les esperaba para el sábado.
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El bautismo es un sacramento que se recibe una sola vez en la vida y un evento muy importante para el mundo cristiano. Y también para el Turronero, pues se ve que ha conseguido que bauticen a sus nietos en plena cuaresma pese a lo que desaconseja la Iglesia.
Así que el sábado 26, el Turronero y su familia esperaron a los invitados para una gran fiesta en la que las aguas bautismales parecieron olvidarse cuando empezó a correr el vino por las mesas. Ríanse del milagro de las bodas de Caná.
En una gran carpa, los invitados eran recibidos por figurantes ataviados con el mismo vestuario que los cantantes del musical 'el Rey León'. Tras la cena, comenzaron una sucesión de conciertos para complacer a todos los públicos: El arrebato, Camela y Siempre Así, el grupo andaluz más cotizado, que no hace una actuación privada por menos de 20.000 euros. Chenoa, una de las invitadas, entonó su famosísimo Cuando tú vas y Juan Peña, cuyo target está en fiestas privadas de aficionados al flamenquito, también cantó. Tampoco faltaron las rancheras de Bertín Osborne y el flamenco fusión de Pitingo.
Juan Peña fue uno de los que cogió un avión privado para volver a Madrid el domingo. Los aviones, como ha explicado Paz Padilla en su perfil de Instagram, los puso el Turronero a disposición de quien no podía organizarse los aves.
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