SI LA II República española, proclamada hoy hace 90 años, hubiera sido de todos, continuaría como la forma de Estado de nuestra nación. Pero fue sectaria y excluyente y fragmentó al país en dos. En 1936, tras la victoria del Frente Popular, con trampas demostradas por Álvarez Tardío y Villa García, el horizonte de futuro quedó claro para España: o dictadura del proletariado, es decir, el comunismo; o dictadura de la clase media, es decir, el fascismo. El asesinato de uno de los jefes de la oposi
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